Presentacion

"..No existen los lugares de paso, sino el viajero que pasa, guardando para siempre la esencia de los paisajes y las gentes que le acogieron un instante en su camino.."

miércoles, 1 de agosto de 2012

NÓMADAS

Nómadas del Norte de Mongolia

Atardecer en la Estepa

 
Anciano Mongol

La señora de las cabras (desierto del Gobi)

"..Mi nombre no tiene importancia.
Nací en una tienda un frío día de diciembre, sobre una cama hecha de estiércol. Mi abuela cortó el cordón umbilical que nos unía a mi madre y a mí con los dientes. Y allí fuí creciendo, rodeada de montañas, bajo un cielo repleto de estrellas, con el sólo ruido del agua del arroyo cercano, los bramidos del ganado, los ladridos del perro guardían, los comentarios de los nómadas en torno al fuego, al caer la tarde..." Fragmento extraido de "Mujeres Nómadas" incluido en la página Iniciativa Yurta de mi amigo Santiago Carrelero. Desde aqui os invito a sumergiros en un mundo apasionante y enormemente desconocido para la mayoria de los sedentarios. Un mundo que se mueve desde el inicio de los tiempos, el mundo itinerante, nómada, inquieto, descubridor, fuerte y aguerrido que sigue a duras penas luchando contra la codicia de los hombres que se hicieron sedentarios y comenzaron a acumular posesiones sin límite en un acto devastador para su entorno y para la propia especie.

Siempre he pensado y más cuando he tenido la inmensa suerte de convivír con los nómadas, que las posesiones nos limitan la capacidad de movimiento y la libertad en su esencia, también nos cortan las alas en busca de nuestra autorealización, de nuestra identidad, de nuestra felicidad. He visto como la hospitalidad es verdadera entre los nómadas, una tradición, un deber. Es de mala educación llamar a la puerta de las Yurtas y pensandolo bien, todo encaja, porque mucho de la hospitalidad tiene que ver con el vínculo a las posesiones que tenemos, ya que el miedo a perder esas posesiones nos convierte en seres desconfiados. Y es que la filosofía nómada es no acumular mas de lo necesario para sobrevivir, mas que nada porque cuanto mas tengas, mas peso deberás acarrear cuando emprendas el camino a mejores pastos para tu ganado. Eso les hace tener una unión inquebrantable con la tierra que habitan; tambien un respeto y adoración por toda forma de vida, les hace estar alerta ante los peligros y audaces para leer las señales que el entorno les brinda para encontrar el agua o la caza que les servirá de sustento. Los sedentarios, sin embargo, invertimos los términos, sin darnos cuenta que siempre un mayor peso supone un lastre para cualquier avance. Los resultados son evidentes, con expectativas desbordadas en nuestros tiempos modernos, con demasiada competitividad, con demasiadas posesiones inservibles y con armarios repletos de ropa que apenas usamos. Las modas nos condicionan, las compras nos apasionan, vinculamos directamente nuestro bienestar a las cosas efímeras y a la imagen que proyectamos en este mundo moderno vestido de Armani, pero con los calzones muy muy sucios. No quiero caer en el discurso fatalista de una sociedad consumista, porque hay cosas verdaderas y geniales en todas las partes del mundo, en cualquier momento del dia. Tenemos mucho de Jekyll y Mr Hyde, aspectos maravillosos y otros horribles. El gran problema es que el propio devenir de las sociedades modernas, muchas veces no deja tiempo, ni espacio al individuo para encontrar una identidad lo mas libre posible de los estímulos que nos acribillan continuamente, con el fin de que la cadena no se rompa.

Uno de los aspectos "positivos", si hay alguno, de la invasión del hombre sedentario a los espacios habitados por los nómadas, fué y sigue siendo la oportunidad de que su mensaje nos llegue de una forma más o menos directa y despierte la conciencia dormida de los hombres y mujeres con prisas y demasiado encajados en una agenda. Su mensaje cala hondo, porque en nuestros orígenes fuímos nómadas y en el fondo todavía seguimos siéndolo.

Para que la cultura milenaria, el arte, la música, las costumbres, el respeto por la vida y la naturaleza, las formas de vida más libres que el ser humano ha conocido nunca, en definitiva, nuestra esencia nómada, sigan perviviendo, deberemos aprender a convivir y a respetar los espacios sin querer lucrarnos ni explotar los santuarios naturales, para abastecer a un mundo "civilizado" cada vez más hambriento y más dependiente de los mercados. Pues eso.

Gracias Santi por reabrir esa puerta en mi.- No existen las casualidades.

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