Paraíso en la Tierra según la tradición y la obra de James Hilton 'Paraísos lejanos'. Un lugar para visitar al menos una vez en la vida.
Llegué a Shangri la bajo la tormenta y me costo muchísimo encontrar la parte antigua de Dukezong. El caos de cualquier ciudad asiática adquiere categoría de laberinto imposible cuando la lluvia y los truenos lo invaden todo. Mi primera impresión fue decepcionante, no voy a negarlo, pero con las horas y la curiosidad necesaria para conocer las entrañas de cualquier ciudad, pude descubrir la hermosura que alberga entre sus escombros y sus espléndidas fachadas de madera.
En enero de 2014 un incendio devastó gran parte del patrimonio de la ciudad. Una ciudad esculpida en madera que alcanza la categoría de obra de arte. Hoy todos se esfuerzan por restablecer el esplendor de la parte vieja cercana a la gran plaza del templo principal. Aún así la enorme cicatriz que separa en dos Dukezong tardará en sanar y desaparecer.
Me fascino y me recreo con la belleza del templo principal y la gran rueda de oración dorada que vigila desde lo alto de la colina todo Shangri la. Me mezclo con la gente, me sonríen, me fotografían, me brindan su hospitalidad. Recorro las calles y los escombros, capto imágenes para el recuerdo, respiro el ambiente de Dukezong, mientras pienso que pronto la poca identidad del pueblo original, ese que era inaccesible hasta el siglo pasado, desaparecerá devorado por los hoteles, souvenires, tiendas chinas y una forma de vida moderna y occidental.
Dada la repercusión de la obra de James Hilton y la búsqueda, por parte de idealistas, pensadores, soñadores y religiosos de todo el mundo, del paraíso en la tierra, que al parecer se ubicaba en un lugar como este, las autoridades creyeron oportuno cambiar el nombre de Zongdiang (nombre original de la ciudad) por la archiconocida Shangri la y así de paso hacer negocio. La ciudad creció de forma espectacular, llegando gente de todo el mundo. Hoy día la ciudad se divide en la parte nueva, caótica y polvorienta y la antigua que todavía conserva rincones evocadores. Poco queda de ese mágico lugar perdido en remotas montañas donde según cuentan las leyendas, vivían monjes que levitaban y alcanzaban el paraíso. Mas bien parece un gran parque temático de no ser por la parte antigua.
Todo el crecimiento y progreso de Shangri la se ve poco o nada reflejado en sus gentes, ya que mas del 60 por ciento de su población vive por debajo del umbral de la pobreza. Miseria y coches de alta gama. Donde van a parar los ingresos por la gran afluencia turística? Misterios sin resolver como en tantos y tantos lugares del mundo donde los beneficios multimillonarios van a parar a unos pocos mientras la inmensa mayoría las pasa canutas.
Decido visitar el gran monasterio de Sumtseling o pequeño Potala. Me piden para acceder nada mas y nada menos que 125 yuanes. Me niego, total en Litang y Chaktreng hay otros similares mas tranquilos, sin tantos autobuses de chinos y además gratuitos. Quien o quiénes se repartirán esos 125 yuanes multiplicados por millones de visitantes anuales? Las mujeres barrenderas o los mendigos de las calles o los trabajadores de las obras sin seguridad y sin derechos? Las madres con sus niños a la espalda pidiendo en bares y restaurantes, o quizá los vendedores ambulantes ganando en un mes lo que vale la visita al gran monasterio? Mas bien no.
Shangri la, paraíso en la tierra si, pero para unos cuantos.
Como siempre gracias a todos por vuestro apoyo e interés. Ya queda menos para el regreso. Está siendo un viaje increíble tanto exterior como interiormente.
Un abrazo desde las montañas de Litang. Un beso Ibana, que fácil es viajar a tu lado.
Hasta pronto!!
Llegué a Shangri la bajo la tormenta y me costo muchísimo encontrar la parte antigua de Dukezong. El caos de cualquier ciudad asiática adquiere categoría de laberinto imposible cuando la lluvia y los truenos lo invaden todo. Mi primera impresión fue decepcionante, no voy a negarlo, pero con las horas y la curiosidad necesaria para conocer las entrañas de cualquier ciudad, pude descubrir la hermosura que alberga entre sus escombros y sus espléndidas fachadas de madera.
En enero de 2014 un incendio devastó gran parte del patrimonio de la ciudad. Una ciudad esculpida en madera que alcanza la categoría de obra de arte. Hoy todos se esfuerzan por restablecer el esplendor de la parte vieja cercana a la gran plaza del templo principal. Aún así la enorme cicatriz que separa en dos Dukezong tardará en sanar y desaparecer.
Me fascino y me recreo con la belleza del templo principal y la gran rueda de oración dorada que vigila desde lo alto de la colina todo Shangri la. Me mezclo con la gente, me sonríen, me fotografían, me brindan su hospitalidad. Recorro las calles y los escombros, capto imágenes para el recuerdo, respiro el ambiente de Dukezong, mientras pienso que pronto la poca identidad del pueblo original, ese que era inaccesible hasta el siglo pasado, desaparecerá devorado por los hoteles, souvenires, tiendas chinas y una forma de vida moderna y occidental.
Dada la repercusión de la obra de James Hilton y la búsqueda, por parte de idealistas, pensadores, soñadores y religiosos de todo el mundo, del paraíso en la tierra, que al parecer se ubicaba en un lugar como este, las autoridades creyeron oportuno cambiar el nombre de Zongdiang (nombre original de la ciudad) por la archiconocida Shangri la y así de paso hacer negocio. La ciudad creció de forma espectacular, llegando gente de todo el mundo. Hoy día la ciudad se divide en la parte nueva, caótica y polvorienta y la antigua que todavía conserva rincones evocadores. Poco queda de ese mágico lugar perdido en remotas montañas donde según cuentan las leyendas, vivían monjes que levitaban y alcanzaban el paraíso. Mas bien parece un gran parque temático de no ser por la parte antigua.
Todo el crecimiento y progreso de Shangri la se ve poco o nada reflejado en sus gentes, ya que mas del 60 por ciento de su población vive por debajo del umbral de la pobreza. Miseria y coches de alta gama. Donde van a parar los ingresos por la gran afluencia turística? Misterios sin resolver como en tantos y tantos lugares del mundo donde los beneficios multimillonarios van a parar a unos pocos mientras la inmensa mayoría las pasa canutas.
Decido visitar el gran monasterio de Sumtseling o pequeño Potala. Me piden para acceder nada mas y nada menos que 125 yuanes. Me niego, total en Litang y Chaktreng hay otros similares mas tranquilos, sin tantos autobuses de chinos y además gratuitos. Quien o quiénes se repartirán esos 125 yuanes multiplicados por millones de visitantes anuales? Las mujeres barrenderas o los mendigos de las calles o los trabajadores de las obras sin seguridad y sin derechos? Las madres con sus niños a la espalda pidiendo en bares y restaurantes, o quizá los vendedores ambulantes ganando en un mes lo que vale la visita al gran monasterio? Mas bien no.
Shangri la, paraíso en la tierra si, pero para unos cuantos.
Como siempre gracias a todos por vuestro apoyo e interés. Ya queda menos para el regreso. Está siendo un viaje increíble tanto exterior como interiormente.
Un abrazo desde las montañas de Litang. Un beso Ibana, que fácil es viajar a tu lado.
Hasta pronto!!
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