Presentacion

"..No existen los lugares de paso, sino el viajero que pasa, guardando para siempre la esencia de los paisajes y las gentes que le acogieron un instante en su camino.."

miércoles, 12 de agosto de 2009

1ª Etapa Noruega- (Hamar- Alvdal) 200 Kms












11/07/2008.- Aeropuerto de Barajas.- Madrid.

Comienza el periplo. Cargado de soledad hasta los huesos, me embarco en la realización de un sueño que desde crío insiste. Por fin, a pocas horas de iniciar mi andadura por el Gran Norte, me invaden sensaciones encontradas. Mi estrés se quedó al introducir las alforjas y la burra en la cinta de embarque. Atrás quedaron los nervios del viaje, los cierres del mes, los informes, las montañas de papeles…
Sentado en el suelo del aeropuerto, como un polizón mas, me despido de Isaac y voy a mi encuentro personal, mi yo vivo, mi yo no social...mi verdadero yo, sin nada mas que mis ganas de conectar con el entorno mas salvaje de una Europa demasiado industrializada, con pocas zonas auténticas, que conserven la esencia de los pueblos y las costumbres ancestrales. Noruega me espera, para enseñarme toda su crudeza; se que me lastimará y me curara las heridas, se que al final me mostrara su verdadera esencia, la de la supervivencia en un medio hostil y difícil; reservado solo para unas pocas especies animales y unos cuantos Samis, duros y fuertes como la roca. Capaces de vivir en medio de la ventisca polar y soportar la oscuridad eterna del invierno. Allá voy, dispuesto a recorrer Noruega desde Oslo a Cabo Norte. Todo el país de Sur a Norte.

Se va mi hermano Jesús, que me acercó hasta Madrid y comienza ya mi soledad absoluta durante estos veintitantos días.

Sé que me encontraré con muchas dificultades, pero mi premisa de partida es que no va a suceder nada que no sea capaz de resolver; voy con la convicción de que lo que voy a vivir es único y maravilloso, porque voy a estar donde quiero en cada momento. Por eso se que nada malo me sucederá. Aprenderé de los momentos duros y me fortaleceré de aquellos en los que vibre todo mi cuerpo por las sensaciones únicas que este viviendo.

Allá voy.-

12/07/08.- sábado tarde, los chicos y chicas noruegos compran cervezas en el Rema 1000 y se reúnen todavía con el sol de Julio, entorno al embarcadero del gran lago Rosenlundvika, en Hamar. La belleza de las mujeres en este lugar asombra al extranjero. Bellezas naturales, de carnes recias y cabellos dorados, ojos azules y bocas perfectas. Son gente sana, que aprovechan los meses de verano para disfrutar la calle y el sol.
Es curioso como un lugar idílico, puede incluso convertirse en la prisión de uno, si las circunstancias ajenas así lo dictan. Hoy debía de haber comenzado el viaje a lomos de mi burra, pero se perdió en el camino entre Madrid y Oslo. Nadie sabe donde está. Es uno de esos misterios de aeropuerto.
Ayer noche al llegar al Oslo Airport, me cayó una losa cuando me dijeron que la bici estaría en Madrid o a lo peor rumbo a China o USA. Debía coger el tren de cercanias que me tenía que acercar a Hamar para pasar la noche en el Hotel First Victoria. El tren salía del mismo aeropuerto a las 23:45 y eran ya las 23:15 y seguía perdido por el aeropuerto, sin burra y sin reclamación. Una mujer amable me ayudó a hacer la reclamación pertinente y decirles donde me iba a hospedar para que tramitasen todo rápido con el fin de que la bicicleta llegase en un par de días a Hamar.
Corrí como alma que lleva el diablo hasta la estación, donde conocí a Cristina, una chica Noruega que me ayudó a encontrar el andén adecuado. Me contó que venía de Perú de subir montañas durante un mes. Era rubia de pelo corto y muy atlética y atractiva. Le expliqué mi peripecia, un ciclista sin bicicleta y lost in traslation. Me dijo que el viaje que quería realizar era formidable, pero de muchísima dureza. Me ayudó a encontrar el departamento en el tren. El asiento 69 de un tren abarrotado rumbo a Tromheim. En el 70 el único borracho de todo el tren. El tipo era asqueroso, con un bigote fuera de tiempo, maloliente, descalzo, sudoroso y con un hipo descomunal. No me quitaba el ojo de encima y me hacía todo tipo de insinuaciones en Noruego y en Ingles; me ofrecia bebida continuamente. Se levantó un par de veces a la toilette y de paso al bar del tren para repostar en su largo viaje de toda la noche. Yo gracias a Dios bajaba enseguida, en Hamar.

Una vez en el First Victoria, descansé con la preocupación latente durante toda la noche.
En la agencia todavía no saben nada, en el aeropuerto de Oslo tampoco y en Madrid mejor ni hablar. Debo esperar al lunes. La espera desespera y la ansiedad se ha instalado en esta habitación aguardando noticias que no llegan.
Confío que los próximos días traigan mejores noticias y pueda emprender el viaje lo antes posible, porque es un recorrido muy exigente y ya de por si voy muy justo de tiempo, con lo que perder dos o tres dias, supone no poder descansar ninguno durante las siguientes jornadas y además hacer mas kms diarios de los previstos.

Seguro que mañana es un gran día.-

13/07/2008.- Domingo.- Hamar

Domingo por la mañana; sigo esperando. Por fin localicé mi bicicleta. Está en Oslo. Me han dicho que hoy o mañana me la traerán al hotel. Una gran noticia, por fin!!
La espera es una habitación incómoda para el ávido de aventura. Tengo unas ganas de pedalear que me muero. No veo el momento de montarme en la burra y susurrarle eso de: “venga vámonos a Nordkapp compañera”.
Las mañanas del domingo son especiales en cualquier lugar del mundo. Aquí en Noruega, uno se levanta y se asoma por la ventana y hay un aire de domingo semejante a otro lugar cualquiera del planeta. Me acerqué a la iglesia de Hamar Domkirkei, una iglesia protestante moderna, blanca, con un campanario altísimo y techos de pizarra negra. Los paseos matutinos por las zonas verdes de estos lugares adquieren un colorido especial. El sol brilla con toda su fuerza en los cabellos “Timotei” dorados casi blancos de las chicas del lugar. Hay muchas zonas verdes y una comunión con el entorno increíble. La gente es cordial, pero un tanto distante, aunque es mi sensación, claro, porque también puedo ser yo el que tenga problemas para integrarse con ellos. El chico del Hotel, un chaval rubio, alto y muy serio, me ha sorprendido cuando le he preguntado si hablaba algo de español. Me ha hecho un gesto seco y rotundo de que no. Pero al segundo me salta con “chiqui chiqui” y “¿Por qué no te callas?” y “Chavez cabron”. Casi me meo.

La bicicleta llegó con una llamada de teléfono a la habitación 416 sobre las 15:30 horas. Al fin mi burra estaba conmigo!! Después de montarla y ajustarla bien, pedalee un buen rato para desentumecer los músculos de las piernas, agarrotados de tanto hotel y tanta siesta prolongada.

Comencé a disfrutar de Noruega; es curioso como un mismo paisaje adquiere matices sensacionales o lamentables según el estado de ánimo del que observa. La belleza está en los ojos del que mira. Me siento acompañado desde que “ella” llegó.
Mañana temprano iniciaré la ruta por tierras noruegas, con dos días de retraso. Espero disfrutar de cada rincón que esta tierra me permita visitar.

14/07/2008- Hamar- Alvdal.- 200 kms

Taberna-hotel de Alvdal.- Hoy disfruté sobre la burra. 200 kms y casi 10 horas de pedaleo. Los primeros 120 kms buenas sensaciones aunque el peso de las alforjas me hace difícil mantener el equilibrio. Bosques muy cerrados, lluvia fina y claros espectaculares. Muchos matices, olores, rincones sacados de los cuentos de los hermanos Grimm. Impresionaba mirar a mi alrededor y no ver nada mas que masas de bosques interminables. Tapices de mushos y líquenes, hojarasca, ramajes, bruma, soledad y naturaleza salvaje. Piel de gallina. Un zorro sale a la carretera y cruza tranquilo a 5 mts de mi. Dos urogallos salen volando a escasos metros, ruidos sospechosos, enigmáticas formas que se confunden con la espesura del bosque, sonidos de pájaros, arrendajos, halcones…señales de peligro…Alces.

Comenzó la lluvia fuerte y los últimos 80 kms fueron interminables, las piernas estaban pesadas y el recorrido era un continuo subir. Ligero viento en contra. Me deshidraté al final. Llegué a Alvdal y decidi hacer noche alli. Es un lugar de paso sin mucho que ver, exceptuando el brutal paisaje que siempre acompaña esta tierra. A lo lejos se adivinan las rampas de salto de ski. Los deportes de invierno aquí son la estrella. Son verdaderos fanáticos del ski de fondo con tiro a diana.

Me hospedo en una taberna-hotel muy confortable con una especie de Bungalow para mi solo. Llevo antifaz para dormir, porque no se hace de noche y sobre todo cuanto mas al norte, mas horas de luz.

Mañana mi intención es llegar ya a la costa por Trondheim. Debo recuperar los dias perdidos. La idea de visitar las islas Lofoten pierde fuerza por lo justo que voy de tiempo.

Día dedicado a mi familia.- “Mi camino no valdría nada sin vuestro aliento”

Canción del día: “Soledad” de Jorge Drexler

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